La sala de armas muestra una de las colecciones más importantes del Museo. Buena parte de las armas expuestas han formado parte de las grandes batallas protagonizadas durante los últimos siglos. Pero no tenemos que ver esta sala como un muestrario bélico, sino como un referente de nuestra historia, con unos elementos que aportan información y facilitan la comprensión de los acontecimientos. Podemos ver el armamento utilizado en las guerras carlistas, o los fusiles que fueron a la guerra de Cuba o a las Filipinas, o de qué forma luchaban los dos bandos en la batalla del Ebro. Otro aspecto muy importante es la evolución del diseño, las primeras piezas eran pesadas y difícilmente transportables y vemos que con los años se ha mejorado la técnica haciéndolas más ligeras adecuando la forma a la funcionalidad.
Hay auténticas piezas de artesanía como la pistola de rueda fabricada en Alemania en el siglo XVI o las tres extraordinarias pistolas de Ripoll fabricada por los armeros Angelats en 1780 y Eudald en 1798, piezas únicas que van más allá del arma de fuego y nos muestran unos oficios donde el cuidado y la precisión del trabajo eleban las piezas a obras de arte. La larga tradición de los trabucaires en Cataluña aún están presentes en algunos pueblos y en la sala se muestran algunos como hecho cultural de las fiestas tradicionales del pueblo catalán.
La sala está decorada con réplicas de armaduras medievales, pero la más importante de todas es una pieza original del ejército japonés del siglo XVI-XVII.